Un libro de cuentos de Orlando Mazeyra





El cuento es un género que exige una gran capacidad de síntesis, mientras que la novela posibilita abordar un mundo representado más vasto. En tal sentido, el cuentista debería calibrar cada palabra como lo hace el poeta y buscar el afinamiento estilístico. En un buen cuento, ninguna palabra tiene que sobrar. He ahí el ideal de todo hacedor de relatos cortos. Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980) ha publicado dos volúmenes de narrativa: Urgente: necesito un retazo de felicidad (2007) y La prosperidad reclusa (2009). 
Este año ha visto la luz su tercer libro: Mi familia y otras miserias (Lima: Tribal Editores, 2013. 155 pp.), un conjunto de cuentos de estilo realista que exploran de temas como el alcoholismo, la soledad, el suicidio, la voluntad parricida, entre otros. Destacan el uso del diálogo, la caracterización de los personajes y la musicalidad de la prosa, la cual, salvando las distancias del caso, hace recordar, en sus mejores momentos, a Julio Ramón Ribeyro.  Dos cuentos notables de Mazeyra son "Mi primera máquina de escribir"  y "De cómo mi padre se fue al infierno". En el primero, aparece la funesta figura del padre, quien desea que su hijo sea militar y deje la tarea de convertirse en escritor. En el segundo, se hace una radiografía de la atmósfera familiar a través de la figura del progenitor castrante: "Él cumplió su palabra: nos hizo mierda la existencia hasta que un derrame cerebral trajo, por fin, quietud a ´su casa´. Mis hermanos no pudieron despedirse de él. Mi madre lo besó en la frente y se puso a rezar en medio del llanto" (p. 36). 
En lo que concierne a los aspectos discutibles del libro, quisiera mencionar una obsesiva inclinación por las referencias autobiográficas. Por ejemplo, en la página 126, se dice que "´Este personaje es el Mazeyra´". Ello limita, un tanto, la capacidad de fabulación del artista y no permite al autor asumir plenamente la escritura como ejercicio ficcional de enorme poder simbólico. Asimismo, hay, en el libro, el funcionamiento de ciertos lugares comunes como el escritor maldito que busca suicidarse o el alcoholismo como una forma de evadir la complejidad de la existencia.
Al margen de ello, Mi familia y otras miserias es un interesante libro que revela  la madurez de Mazeyra como un escritor seguro de sí mismo y dueño de una prosa fluida y sugerente. Recomiendo la lectura de este volumen que atrapa al lector desde la primera página.

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